En este útimo día del año, me gustaría hacer un resumen de lo que ha sido el 2018 para mí. Sí, ya los sé. Es algo personal, pero por suerte o por desgracia mi vida profesional tiene que ver mucho con la administración pública, así que no es algo que esté muy desencaminado con el objeto de este blog.
Trabajo. Mucho trabajo
Todo empiezó, todavía en periodo navideño, con el roscón de reyes en una mano y tecleando una oferta con la otra. La primera del año. Hubo que hilarla muy bien, ya que había mucho que hacer de muy diversos temas. Algo de infraestructura, algo de desarrollo, algo de productos y algo de soporte. Fue intenso y aunque tuvimos un día de Reyes complicado y escribiendo, el equipo de trabajo fue compacto y sacamos la oferta adelante. Lo mejor de todo es que la ganamos, así que a pesar de todo, los Reyes Magos nos dejaron un buen regalo.
Fue el pistoletazo de salida de un buen año. Un año complicado, duro, con mucho trabajo, pero en el que hemos crecido, hemos hecho un gran equipo y hemos arrancado grandes proyectos que nos llevarán a un 2019 de consolidación.
También fue el preludio de no tener muchas vacaciones en las fechas en las que se deben tener. No sé qué manía tienen las administraciones públicas para que las fechas límites de presentación de ofertas sean siempre justo después de Semana Santa, el día después de Reyes o los primeros días laborables de septiembre… Señores, sin acritud, a los de la privada también nos gusta disfrutar de vacaciones en familia.
La carga de trabajo de este año se ha materializado en poder hacer poco de lo demás. Este blog ha estado un poco desatendido y no he escrito mucho durante este año. Uno de mis propósitos del 2019 es retomar un cierto ritmo de escritura.
Legislación
Este año ha sido también un año de nuevas leyes para la gestión de la Administración Pública. Hay dos que a mi juicio han sido las de mayor impacto.
- La nueva ley de Contratos del Sector Público (ley 9/2017 o LCSP). Es cierto que se aprobó en noviembre de 2017, pero entró plenamente en vigor en marzo de 2018, cuando cualquier pliego que se publicara, ya tenía que ir de acuerdo a la nueva ley. Escribí algo sobre ella aquí y sobre las dificultades que conlleva. La verdad, ha generado muchas dudas y dificultades, tanto para los que publican los pliegos, como para los que los respondemos.
- El nuevo reglamento de Protección de Datos (GDPR), que a partir de mayo entró plenamente en vigor con la posibilidad de aplicación de multas. El reglamento se ha conseguido transponer a nuestra legislación finalmente. Hace unos pocos días se publicó la Ley Orgánica 3/2018. Todo un logro ¡Más de dos años y medio hemos tardado! Esta regulación también ha traído muchos dolores de cabeza. Yo me tomo un Ibuprofeno preventivo cada vez que mi DPO me pide cita para hablar de mis proyectos.
Otra cosa que sí ha sido muy sonada en cuanto a la legislación, aunque no es nueva, ha sido el aplazamiento de la ley 39/2015. El tema de la ley 39 no deja de ser paradójico. Se supone que las leyes son para cumplirlas. Ésta en concreto, no la ha cumplido casi nadie. Se dio un margen bastante amplio para su entrada en vigor. Se hizo a plazos, o en diferido, como se prefiera. Un año para unas cosas y tres para otras. ¡Ni más ni menos! Aún así, este año se ha dado una moratoria para su cumplimiento hasta el 2020. Cinco años en total. Ahí lo dejo.
Congresos y otros saraos
Este año no me he hecho ver mucho por congresos y ponencias. Como comentaba al principio, no ha habido mucho tiempo para otras guerras. Había un congreso que no me quería perder. Esta vez no se hacía en Canarias, por lo que facilitaba su asistencia y además era en Toledo. A tiro de piedra de Madrid. No obstante, a pesar de todas las facilidades, no pude asistir más que al último día. Imagino que con estas pistas, sabréis que me estoy refiriendo al Congreso Novagob.
Allí volví a encontrarme con viejos conocidos de diferentes administraciones y algunos nuevos contactos. Como sólo estuve un día, el de la clausura, estuve en pocas ponencias, así que la elección de la que más me gustó es poco objetiva. En cualquier caso, doy mi opinión. La que más me gustó fue la de Paulo Alves, integrante del Labhacker de la Câmara dos Deputados de Brasil. Fue muy interesante la idea de las audiencias interactivas en las que los ciudadanos preguntan directamente a los diputados. Sin intermediarios. Una idea sencilla, pero con determinadas complicaciones legales porque, por lo que se ve, un diputado solo puede responder a preguntas de otros diputados. Aún así, la iniciativa fue adelante y ahora es un hecho consumado.
Por otro lado, el Congreso Novagob, sirvió para ultimar los detalles de la invitación que me trasladó Sergio Jiménez para su blog. Todo un honor. Me decanté por la biometría. Una ciencia que, con los avances tecnológicos actuales, tiene mucho más recorrido de lo que imaginamos. Podéis leerlo aquí.
Las tradiciones
No puede acabar el año sin cumplir con las tradiciones. Los que me conocéis ya sabéis mi afición por los playmobil y mi forma especial de felicitarla. Si no la conocéis, podéis leerla aquí. Os dejo la de este año. Está inspirada en las series y las plataformas digitales que tanto éxito están teniendo. Al fin y al cabo es fácil competir con la programación de televisión que actualmente tenemos. Si sigues a la estrella al final llegas a buen puerto y generas paz por el camino.