Esta es la segunda parte de la en que pretendía contar algunas nociones básicas de Blockchain y contar qué puede aportar esta tecnología a las Administraciones Públicas. La primera parte de este artículo la puedes encontrar aquí.
En esta entrada me voy a centrar en casos de uso concretos dentro de la administración pública que permitan una implementación mediante tecnologías Blockchain. Son un conjunto reducido de ejemplos. Hay muchos más. El único límite es la imaginación y, por supuesto, la legislación.
Hay un dato fundamental a tener en cuenta en cada uno de los ejemplos presentados. En todos ellos existiría información pública e información privada. En cada caso habría que garantizar que los datos privados sólo fueran accesibles por quienes tengan la autoridad para hacerlo (las administraciones públicas correspondientes) o por quien el dueño legítimo de éstos, lo autorice.
Registros Blockchain
Es la primera idea que se te ocurre cuando empiezas a entender como funciona Blockchain. Tenemos una verificación distribuida de las operaciones y sabemos que una vez apuntada una operación en el libro maestro, ya no se puede eliminar, ni modificar. Con estas premisas podemos hacer un registro de la propiedad de inmuebles.
Se puede ir anotando su historia desde su construcción, planos, materiales, licencias de uso. Una reforma posterior, cada vez que se transfiera su propiedad, las inspecciones técnicas o los certificados energéticos, todo quedaría registrado en una base de datos distribuida. De esta forma, cualquier interesado consultar esta información y tener la garantía de que es cierta.
Lo mismo podría hacerse con los vehículos y acceder a los datos que, por ejemplo, accede la Guardia Civil cada vez que verifican una matrícula: datos del propietario, seguro contratado o si está al corriente de pago del impuesto de circulación.
Historial de formación
¿La administración pública a fecha de hoy es capaz de saber cuántos cursos de formación se le ha impartido a un ciudadano desde el SEPE o cualquier organismo autonómico equivalente? Hay que tener en cuenta que una persona, desempleada o no, puede recibir formación para el empleo en cada una de las comunidades autónomas y desde la AGE. Muchos de esos cursos son subvencionados por el fondo social europeo y son múltiples las empresas privadas que imparten estos cursos.
Desgraciadamente en los últimos años, se han conocido bastantes fraudes en cursos de formación. Blockchain podría asociar a cada persona cual es su histórico de cursos ofrecidos por las administraciones y saber qué empresas se los han impartido. Con esto se puede controlar el fraude. Detectar si una persona está recibiendo distintas formaciones a la vez o que sólo asiste a cursos de una misma empresa, puede llevar a identificar posibles fraudes.
Historial de ayudas
Las ayudas y subvenciones pueden ser otro elemento a tener en cuenta. Éste incluso puede ser un caso de uso ideal para los SmartContract. Determinadas subvenciones requieren una justificación del gasto con posterioridad. Se podría identificar qué documentación hay que aportar para la justificación, de manera que si no se justifica en tiempo y forma, se inicie inmediatamente el procedimiento de devolución de la ayuda.
Como en el caso anterior, sería interesante también conocer qué subvenciones o ayudas se le han otorgado a una empresa o persona. En determinados casos existen subvenciones incompatibles. Si se gestionara el histórico de las subvenciones recibidas a una empresa, por ejemplo, se podrían identificar cuales son coincidentes en el tiempo. Daría igual cual fuera el nivel de la administración que la otorgue (EE.LL, Diputaciones, CC.AA o AGE).
Identidad digital
¿Os imagináis que el acceso a determinadas páginas, en vez de entrar con nuestro perfil de facebook o google+, entramos con nuestra identidad digital? una identidad digital que gestione un estado o un supraestado, con las garantías de seguridad y confidencialidad necesarias. Tendríamos la garantía de que nadie puede negociar con nuestros datos.
Este punto me resulta el más apasionante. Cada ciudadano podría tener una identidad digital propia. Un DNI que tenga almacenadas mis características, mis datos de la Seguridad Social, mi vida laboral, mis títulos formativos, mis datos biométricos, los datos de cursos recibidos o ayudas explicadas en los ejemplos anteriores y cualquier información que genere, gestione o necesiten las Administraciones Públicas.
Con esta identidad digital podríamos acceder a cualquier sitio, no haría falta registrarse en ningún sitio, simplemente confirmaríamos que somos nosotros mediante un identificador que se podría comprobar y garantizaríamos que somos quienes somos. En cada sitio donde se requiera esta identidad, habría que autorizar la visibilidad de más o menos información, por supuesto. No debe ser lo mismo acceder a Facebook, que a la página de la AEAT para presentar tu declaración de la renta.
Comicios electorales blockchain
No hace mucho. Tras mis experiencias en mesas electorales en las dos últimas convocatorias de elecciones generales, escribí una entrada en el Blog de Gfi Informática. Podéis verla aquí. En ella hablaba del voto electrónico y sugería al final, que Blockchain podría solventar esas dificultades de transparencia, pero a la vez de privacidad.
No solo validan la correcta realización de voto y el recuento, los tres miembros de la mesa, los interventores y los apoderados de los partidos políticos, sino que lo validan miles de nodos. Se garantizaría que un voto se emite una sola vez y que el recuento final sea escrupulosamente correcto.
Conclusión
Hay un abanico muy grande de alternativas y casos de uso que se podrían implementar en las Administraciones Públicas. Sólo falta arrancar y empezar a pasar de la teoría a la práctica. Habrá alguna administración, alguna entidad local o comunidad que desde su área de innovación esté pensando o creando el germen de lo que pueda ser un proyecto disruptivo basado en Blockchain.
Estonia es uno de los países que más en serio se ha tomado la innovación y la incorporación de la tecnología en las Administraciones públicas. Comentaba en mi anterior artículo que muchas veces, la forma de realizar una transformación digital en una empresa es crear una nueva que nazca con la transformación realizada. Con Estonia parece que ha pasado esto, desde su independencia de la Unión Soviética, en la década de los 90, se acogieron a esta máxima y han creado una administración electrónica fascinante. Usan Blockchain para multitud de registros, el historial sanitario y desde que nacen, todos los ciudadanos tienen un código de identificación digital que los identifican de por vida.